ÁCIDO HIALURÓNICO

Ácido Hialurónico

Los hilanos, derivados del ácido hialurónico, son sustancias de relleno novedosas, con ventajas significativas con respecto al colágeno como su mayor biocompatibilidad y su mayor tiempo de permanencia en los tejidos, aunque de efecto temporal.

El ácido hialurónico (AH) es un polisacárido lineal natural compuesto de residuos alternantes de monosacáridos de ácido D-Glucurónico y N-Acetil-D-Glucosamina. Está ampliamente distribuido en la matriz extracelular de los tejidos conjuntivos, el líquido sinovial, los humores vítreo y acuoso del ojo y en otros tejidos.

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A diferencia del colágeno no muestra especificidad de especie ni tisular; su estructura química es uniforme en toda la naturaleza, por lo que carece de potencial inmunogénico en su forma pura. En la piel forma la matriz liquida elastoviscosa, en la que se encuentran inmersas fibras de colágeno, fibras elásticas y otras estructuras intercelulares. Esta cargado negativamente por cual se une a grandes cantidades de agua; varias cadenas de ácido hialurónico se combinan entre sí para producir soluciones intensamente elastoviscosas que dan a la piel sus cualidades de flexibilidad y resistencia.

La cantidad de ácido hilurónico en la piel disminuye con la edad, con lo que se reduce la hidratación dérmica y aumentan las arrugas.

Al cruzar moléculas de AH por métodos químicos, se forman macromoléculas más estables con la misma biocompatibilidad que el AH natural, pero insolubles en agua, por lo que perduran más en los tejidos después de la inyección.

Los ácidos hialurónicos se clasifican según su concentración, el método y el grado de enlaces cruzados; por esta razón hay una amplia gama de ácidos hialurónicos con indicaciones que van desde la hidratación de la piel, arrugas finas, arrugas profundas, y realce óseo. La duración de los efectos obtenidos tras su aplicación va de los 3 meses a 2 años, dependiendo del tipo de AH y las características de la piel de cada paciente.

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